UVA, UVB, IR y HEV: lo que necesitas saber para estar realmente protegida
Usar protector solar es importante, sí. Pero… ¿realmente sabes qué estás protegiendo y de qué te estás defendiendo? No todos los rayos solares son iguales ni afectan la piel de la misma manera. Algunos provocan quemaduras, otros aceleran el envejecimiento, e incluso hay radiaciones que te impactan sin estar al aire libre.
Por eso, entender las diferencias entre UVA, UVB, HEV (luz azul) y IR (radiación infrarroja) es clave para cuidar la piel de forma completa, real y duradera.
UVA vs UVB: ¿cuál es cuál?
Tanto UVA como UVB son tipos de radiación ultravioleta, pero sus efectos sobre la piel son muy distintos:
Rayos UVA
- Representan el 95% de la radiación UV que llega a la Tierra.
- Están presentes durante todo el día, todo el año, incluso cuando está nublado.
- Penetran profundamente en la piel, llegando hasta la dermis.
- Son los principales responsables del fotoenvejecimiento, las manchas, las arrugas y el daño celular a largo plazo.
Rayos UVB
- Representan solo el 5% de la radiación UV.
- Su intensidad varía según la hora del día, la estación del año y la altitud.
- Afectan principalmente la epidermis, la capa más superficial de la piel.
- Son los responsables de las quemaduras solares y de daños en el ADN de las células cutáneas.
¿Y si estás en interiores?
Estar bajo techo no garantiza protección. Aunque muchas personas lo creen, la piel sigue expuesta incluso en espacios cerrados:
- Los rayos UVA atraviesan ventanas, lo que significa que siguen afectando la piel aunque no haya exposición directa al sol con fotoenvejecimiento, manchas, arrugas y daño celular.
- La luz azul (HEV), emitida por pantallas de móviles, ordenadores y luces LED, puede penetrar hasta la dermis y contribuir a la formación de manchas, envejecimiento prematuro y pérdida de elasticidad.
- La radiación infrarroja (IR), aunque invisible, provoca estrés oxidativo en la piel y acelera procesos inflamatorios que dañan el colágeno y favorecen la aparición de arrugas y flacidez.
Por eso, proteger la piel también es necesario en casa, en la oficina o incluso en días nublados.
¿Cuánto protector solar hay que aplicar?
Una pregunta frecuente es si se está usando la cantidad adecuada. Y la respuesta está en un truco sencillo y eficaz: la regla de los dos dedos. Consiste en aplicar una línea de protector solar a lo largo del dedo índice y otra en el dedo corazón. Esa es la cantidad justa para cubrir rostro y cuello correctamente.
¿Qué tipo de protector solar elegir?
No todos los protectores ofrecen la misma cobertura. Lo ideal es elegir uno de amplio espectro, que proteja no solo contra rayos UVA y UVB, sino también contra la luz azul (HEV) y la radiación infrarroja (IR).
La línea Sun Shield-D de Toskani es un ejemplo de protección completa. Su fórmula con SPF50+ está diseñada para defender la piel de todas estas radiaciones. Además, es ligera, de rápida absorción y perfecta para el uso diario, incluso debajo del maquillaje. Además, estimula hasta un 57% la síntesis de vitamina D, tan importante para tu cuerpo.
Proteger la piel no es opcional. Es esencial. La protección solar no es solo un tema estético, es una parte fundamental del cuidado de la salud de la piel. Entender los tipos de radiación y cómo afectan permite tomar decisiones más conscientes y efectivas.
Cuidar tu piel es un hábito diario, no estacional. Protege tu piel del sol los 365 días del año, en interiores y exteriores, con productos que realmente bloqueen todos los factores: ese es el camino hacia una piel saludable, luminosa y joven por más tiempo.
Te escribo pronto.
Mer 🖤